Por eso es raro que no finalice un libro cuya lectura he iniciado (aunque me lleve cinco años). Disfruto muchísimo de la belleza creada por los grandes escritores, probablemente más que de ninguna otra cosa en el mundo. Aún así la mayoría de los libros que leo no llegará a permanecer en la memoria de la gente. No son libros bellos, pero me han llegado, perdidos en el mar de publicaciones, gritando, charloteando sin parar o como si tuvieran algo que susurrarme al oído.
Con el tiempo he descubierto, como diría Maxwell Perkins, que he de acercarme a los libros silenciosos, a los que no me susurran ni gritan. He de acercarme a los libros mudos y desentrañar su belleza, como a veces ocurre con la mujer a la que amo, mirándolos fijamente a los ojos e interpretando, con esfuerzo, sus misterios.
Creo que es momento de dejar paso a los libros que se tomaron su tiempo para pensar qué era lo que nos tenían que decir.
September 20, 1940
20 de septiembre de 1940
Querido Ernest:
Ahora que todo lo que es posible hacer está hecho, y magníficamente hecho por tu parte, sólo quiero decir que pienso que haber escrito este libro [Por quien doblan las campanas] en el tiempo de una quincena de meses fue milagroso.
No es necesario decirlo, pero parecías pensar que le habías dedicado demasiado tiempo. Si le has dedicado cinco años a semejante libro nadie podría pensar que es demasiado tiempo -por no citar el hecho de que nadie vivo podría haber escrito comoquiera semejante libro. Puede resultar tonto decir esto, pero varias veces hablaste acerca del tiempo que te tomó, como si te preocupara. Por supuesto, en sentido práctico podría haberte preocupado temporalmente, pero el hecho de haberlo acabado en ese tiempo es una gran hazaña.
Estoy buscándote libros, ahora que tienes tiempo libre. Te enviaré el de Dawn Powell [Angels on Toast] a principios de la semana que viene.
Siempre tuyo,
(Carta de Maxwell Perkins a Ernest Hemingway, con motivo de la preocupación de este último por el tiempo invertido en la elaboración del libro "Por quien doblan las campanas". Traducción propia).
Fotografía de Maxwell Perkins con Ernest Hemingway, un día como hoy en Key West, Florida, Enero de 1935.
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