Bailar
como exhalando plomo
inhalando menta
mordiendo con los labios la presa
atrapándola en una boca
con ritmo enfermizo
metamórfico
que nos permita el parto
de uno mismo más lejos
más feliz y puro
Bailar
como abrazándose uno mismo
y girándose en carrusel acelerado
atrapándonos en los labios de la presa
como bebiendo el vino justo en justo punto
apurando;
y a la relajada carrera, sin prisa
sabiéndose la misa
o el secreto aquelarre
como experto que es uno en sus pasos
Bailar
libre y sin ataduras
imprevisiblemente intenso
o relajado
como el perro se rasca la oreja
o se abotarga;
sin que nadie te lo imponga
ni siquiera la música;
ni siquiera el propio pulso.
Hacerlo sin memoria ni olvido.
Que bailar es para ser diferente, único y libre.
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